El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una amplia agenda de reformas para el sistema de educación superior con la que pretende erradicar lo que califica como «ideología progresista, socialista y contraria a los valores estadounidenses» de los campus universitarios.
Según explicó a través de su red social Truth Social, el objetivo de su plan es restaurar los principios de mérito, libertad de pensamiento y amor por el país dentro de las instituciones académicas.
Trump argumentó que las universidades, antaño un motor de excelencia y prestigio nacional, se han desviado de su propósito original y se han convertido en espacios dominados por una corriente ideológica que, en su opinión, “corrompe a los jóvenes y distorsiona la sociedad”.
Por ello, prometió que su administración actuará con rapidez para aplicar la legislación federal contra la discriminación y para guiar a los centros educativos «de vuelta a los valores tradicionales del trabajo duro y la igualdad de oportunidades».
Como parte de este proyecto, el presidente propuso un marco de colaboración para aquellas universidades que estén dispuestas a adherirse a las nuevas directrices. Las instituciones que se sumen deberán comprometerse a mantener altos estándares académicos, garantizar la libertad de expresión, ofrecer estudios asequibles, preservar la neutralidad institucional y controlar la influencia económica extranjera. A cambio, podrán firmar lo que Trump denominó un «acuerdo con visión de futuro» con el Gobierno federal.
Por el contrario, advirtió que aquellas universidades que persistan en prácticas discriminatorias por motivos de raza o sexo se enfrentarán a la aplicación estricta de la ley. «Actuaremos con rapidez y firmeza», afirmó, dejando claro que su administración no tolerará políticas que, a su juicio, contradigan los principios fundamentales de igualdad ante la ley.
Trump defendió que el regreso a una cultura basada en el mérito fomentará el talento y la excelencia en la investigación, generando nuevas oportunidades para todos los estadounidenses. Según dijo, «las grandes instituciones del país volverán a premiar el esfuerzo individual por encima de la identidad de grupo», lo que permitirá recuperar el papel histórico de las universidades en la formación de futuros líderes comprometidos con la nación. (Gaceta.es)