Zuleika Cáceres
2 de julio 2024
A propósito de tormentas y huracanes, estamos frente a una nueva amenaza ciclónica y en Q. Roo sí algo nos caracteriza es la prevención.
Desde hace unos días se ha venido monitoreando el poderoso huracán “Beryl” con base en el informe de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el fenómeno apunta hacia el sur de nuestro estado para el fin de semana.
Han sido tiempos en alerta, las zonas de baja presión han dejado lluvias y en consecuencia inundaciones principalmente en el sur de Q. Roo.
Y es frente a estos fenómenos donde se muestra, no sólo la capacidad de los gobiernos en turno, sino la cultura, una enorme cultura de prevención que hemos adoptado con el paso del tiempo.
Algunas imágenes comenzaron a circular en redes sociales, supermercados abarrotados, las llamadas compras de pánico se veían por todos lados.
Inmediatamente surgieron los comentarios como si esto fuera una exageración cuando en realidad no lo es.
Es una cultura que nos ha caracterizado desde siempre, “Gilberto”, “Wilma” y muchos otros fenómenos no han dejado grandes lecciones, somos un destino propenso a los embates de la naturaleza y esa conciencia ciudadana es justamente lo que nos ha permitido salir avante de la emergencia, más allá de las perdidas materiales y afectaciones económicas.
Ninguno de estos fenómenos han dejado pérdidas humanas en Q. Roo, afortunadamente, pero no podemos decir lo mismo en otras entidades cuyos casos han sido catastróficos.
La incapacidad de los gobiernos, la falta de planeación y coordinación, hace más vulnerables a los habitantes. En Guerrero, por ejemplo, la autoridad quedó al descubierto con su ineptitud. La llegada de Otis, categoría 5, que tocó tierra en Acapulco destruyó todo a su paso. Y hay que decirlo, fue parte de una grave omisión y descoordinación, no se dieron las alertas con tiempo, no hubo trabajo preventivo.
A ello se suma que ya no existe el Fonden, recursos que eran destinados a este tipo de desastres. Desde 1996 tenía como objetivo proporcionar apoyo a los estados y entidades en tiempos de catástrofes.
La planeación
Por ello, es importante destacar la labor del gobierno de Q. Roo, no de ahora, desde siempre para afrontar las contingencias climatológicas.
Ha sido fundamental la coordinación y preparación antes, durante y después del paso de un huracán.
Hoy le corresponde a Mara Lezama, quien ha encabezado puntualmente cada una de las acciones para atender las zonas más vulnerables. Las alertas han sido oportunas junto con el trabajo de las dependencias.
A autoridades y ciudadanos nos corresponde seguir fortaleciendo esa cultura de prevención, no hay lugar para sorpresas ni imprevistos.
Vivir en el paraíso implica riesgos y ante ello debemos estar preparados.