Al estilo Bukele, el estado de Chihuahua se convirtió en la primera entidad en prohibir el lenguaje inclusivo en la educación. Fue mediante una reforma a la Ley Estatal de Educación impulsada por el PAN, específicamente por el diputado Carlos Olson.
Después de un largo y acalorado debate, el diputado celebró la medida y explicó que es un triunfo del sentido común sobre la ideología, respaldado con base en las decisiones de países como Francia, Argentina y El Salvador.
Aseguró que “las escuelas deben enseñar las reglas gramaticales, no lenguaje ideologizado que adoctrina a nuestros niños y entorpece el aprendizaje“.
La reforma busca reforzar, desde la educación básica, el dominio correcto del idioma, enseñando a niñas, niños y adolescentes las estructuras gramaticales, la ortografía y el uso adecuado del español”.
En sus redes sociales, celebró que en ese estado “no habrá más lenguaje ideologizado en los salones ni confusiones woke: sólo la verdad biológica de que únicamente existen niños y niñas, no ‘niñes’“, negando la existencia de infancias trans.
Aún existen legisladores con sentido común, los que priorizan el cuidado de la infancia, la educación, el aprendizaje sin este tipo de ideologías ni imposiciones a una sociedad que poco a poco se harta de estas “modas” que distorsionan y confunden.
Pero también existen políticos que buscan quedar bien con ciertos sectores y mantener un determinado número de votantes, anteponiendo su interés y no el de la infancia, ni el de los adolescentes. Aquellos que no les gusta entrar en controversia pero tampoco defienden a las familias.
Los ciudadanos rechazan cada vez más estas ideologías. Poco a poco todo debe regresar a su cause.
¿Quintana Roo cuándo implementará estas medidas para proteger a la infancia? ¿Quién alzará la voz por las familias que no comparten estas medidas con “perspectiva de género”?
El Salvador, primer país en prohibir el lenguaje inclusivo
El Salvador, con Nayib Bukele, decidió sacar la perspectiva de género de la enseñanza pública. La orden emitida por la ministra Karla Trigueros establece que la prohibición se impone para “consolidar una comunicación institucional clara, uniforme y respetuosa”, y para ello cancela el uso de palabras como amigue, compañere,todos y todas, las y los, alumn@, jovenxs o nosotrxs o “cualquier otra deformación lingüística que aluda a la ideología de género”.
Más presidentes como Bukele, más estados como Chihuahua.