9 de julio 2025
ZC/ Comunicación Digital
En la actualidad, uno de los temas sociales más urgentes y sensibles es la salud mental de adolescentes y jóvenes. Las cifras, los testimonios y los especialistas coinciden: estamos frente a una crisis silenciosa que afecta profundamente el bienestar, el desarrollo y el futuro de una generación entera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que uno de cada siete adolescentes vive con un problema de salud mental. Trastornos como la ansiedad, la depresión, el estrés crónico e incluso los pensamientos suicidas se han vuelto cada vez más comunes en edades cada vez más tempranas.
Tras la pandemia, muchos jóvenes enfrentan las secuelas del aislamiento, la pérdida de seres queridos, la incertidumbre económica y la presión académica. A esto se suma el papel cada vez más invasivo de las redes sociales, donde la necesidad de aceptación y la constante comparación alimentan sentimientos de insuficiencia y baja autoestima.
Estigmas, silencios y falta de acceso
Aunque hablar de salud mental es cada vez más común, aún existen estigmas que impiden a muchos jóvenes buscar ayuda. Frases como “todo está en tu cabeza” o “tienes que ser fuerte” refuerzan el silencio y el miedo al rechazo. Además, millones de jóvenes en comunidades marginadas no tienen acceso a psicólogos, terapeutas o centros especializados.
El impacto es profundo
Los problemas de salud mental no tratados afectan gravemente el rendimiento escolar, las relaciones sociales y familiares, y en casos extremos, conducen al suicidio, que hoy es la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
¿Qué podemos hacer como sociedad?
- Escuchar sin juzgar. Brindar espacios seguros para que los jóvenes expresen sus emociones.
- Fomentar la educación emocional desde la infancia en escuelas y familias.
- Promover campañas de concientización que eliminen el estigma de la terapia.
- Regular el uso de redes sociales y fomentar hábitos digitales sanos.
- Exigir a las autoridades inversión real en servicios de salud mental públicos y gratuitos.
Una causa que nos necesita a todos
La salud mental no es un lujo ni una moda, es un derecho. Cuidar de ella, especialmente en nuestros niños y jóvenes, es una responsabilidad colectiva. Hoy más que nunca, hablar, escuchar y actuar puede salvar vidas.