ZC/ Ya son varios los jaguares que mueren atropellados. Especialistas atribuyen la búsqueda de nuevos espacios ante la destrucción de su hábitad.
Estamos alterando su entorno
Hoy el jaguar es una especie amenazada que ha perdido aproximadamente 50 por ciento de su hábitat histórico.
El jaguar es capaz de habitar en distintos ecosistemas -incluidos manglares, bosques de pino templado, desiertos e incluso áreas montañosas- pero prefiere las selvas bajas tropicales y los bosques subtropicales ubicados a menos de mil metros de altura. Ahí encuentra una enorme abundancia de animales y plantas, así como agua.
En México habitaba las regiones tropicales y subtropicales, desde Sonora y Tamaulipas en el norte del país, bajando por las planicies costeras del Golfo de México y del Pacífico, hasta Chiapas y la Península de Yucatán. Se ha perdido más del 40 % de su distribución en el país, limitándose a áreas forestales fragmentadas, aisladas y de difícil acceso en las costas del Pacífico y del Golfo de México, la Sierra Madre Occidental, la Sierra Madre Oriental y el sur-sureste mexicano.
Ante la necesidad de conocer su situación poblacional en México, se emprendió en el 2008 el primer Censo Nacional del Jaguar y sus presas (Cenjaguar) en 15 sitios prioritarios de conservación del felino. Una labor minuciosa que tomó tres años y que colocó a México como líder en las estrategias de conservación de la especie.
La investigación fue apoyada por la Alianza WWF-Fundación Telmex Telcel y elaborada por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México junto con diversas instancias de gobierno, instituciones académicas, científicos y organizaciones civiles.
De acuerdo con ese primer censo, en el país habitaba un estimado de 4 mil jaguares; encontrándose la mayoría de éstos en la península de Yucatán. El segundo censo, concluido recientemente, registró que la población había crecido a 4,800 felinos.
(Con información de wwf.org)