Una historia que pone, una vez más, en entredicho la aplicación de la justicia
1 de agosto 2025/ Tras casi 20 años tras las rejas, Israel Vallarta ha sido absuelto del delito de secuestro que lo mantuvo encarcelado sin una sentencia definitiva.
Entre irregularidades sobre su detención, su caso se convirtió en uno de los más polémicos en la historia judicial.
Los hechos se remontan a inicios de los años 2000,

México vivía una de sus peores épicas por el alto índice de secuestros. Autoridades iniciaron una serie de operativos y en ese entonces llegaron a un rancho conocido como Las Chinitas.

Lo que parecía ser una exitosa detención de dos presuntos delincuentes, entre ellos Israel Vallarta y Florence Cassez, resultó polémico y contradictorio por la forma de llevar la justicia.
Ambos fueron expuestos ante como integrantes de una peligrosa banda de secuestradores. La escena fue presentada como un triunfo de la justicia, pero con el tiempo se reveló que esa detención fue escenificada.
A partir de ese suceso, salieron a la luz pruebas que desmentían la versión oficial.
La periodista Yuli García presentó una investigación en la que contrastó los hechos televisados con documentos oficiales, revelando que la detención real de Vallarta y Cassez no ocurrió en el rancho, sino mientras viajaban por carretera, lo que descartaba la narrativa construida por la AFI.
La madrugada del 1 de agosto, una jueza del Estado de México determinó que Vallarta debía quedar en libertad, al no haberse acreditado su participación en los delitos imputados.
El entonces titular de la AFI, Genaro García Luna, fue cuestionado en un noticiero nacional durante dicho operativo y en la que aceptó que la operación había sido recreada para efectos mediáticos.
Una llamada telefónica en vivo de Florence Cassez confirmó que su arresto fue un día antes del montaje, afirmando que había sido privada de la libertad sin que se respetaran sus derechos.
A pocos días del operativo en el rancho, surgieron cambios en las declaraciones de personas que se presentaron como víctimas. Aunque al principio no reconocieron a Florence Cassez, en sus testimonios posteriores afirmaron identificarla, lo que generó nuevas dudas sobre la credibilidad del caso y el manejo de las pruebas por parte de las autoridades.
Con estos elementos, en 2008 se dictó una sentencia de prisión a 96 años a la ciudadana francesa por los delitos de secuestro, asociación delictuosa y posesión de armas de fuego. Más adelante, esa pena fue modificada a 60 años, mientras que las acusaciones hacia Israel Vallarta seguían en pie.
Para 2011, un juez determinó liberar a otros detenidos vinculados con la presunta banda criminal, ya que los testimonios utilizados en su contra resultaron poco confiables. Años después, el caso de Cassez escaló a instancias judiciales más altas, hasta que en 2013 se ordenó su liberación tras una resolución de la Suprema Corte que encontró graves fallos en el proceso.
En 2019, la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero dijo que lo justo era aplicar a Israel Vallarta los mismos criterios legales que permitieron liberar a Florence Cassez. Unos meses antes, su abogado ya había entregado nuevas pruebas para demostrar que él no era culpable. A pesar de eso, las audiencias se fueron posponiendo una y otra vez, y el caso seguía sin avanzar.
En abril de 2024, un tribunal ordenó revisar si era legal que Vallarta siguiera en prisión sin una sentencia, ya que llevaba más de 18 años encerrado. El paso del tiempo y los retrasos constantes habían afectado su salud y sus ánimos, pero el proceso seguía abierto.
Pero el 16 de julio de 2025, justo el día que cumplía años, el tribunal pidió una nueva audiencia para analizar su caso. Finalmente, el 31 de julio, una jueza concluyó que no había pruebas para culparlo y ordenó su libertad. (Con información de MVS/ Agencias)